domingo, 19 de septiembre de 2010

Matagalls Montserrat 2010

Anteayer viernes, como el resto de la semana, empezó el día con 12 comunidades autónomas, entre ellas Cataluña, en alerta roja por la posibilidad de lluvias torrenciales. Desde hace un año hacia aquí, cada vez que participo en alguna prueba, Eolo y sus secuaces hacen acto de presencia. ¿Es realmente necesario? Por suerte solo nos llovió hasta el mismo momento de la salida, después ni una gota, y a pesar de la gran cantidad de charcos que habían, el barro acumulado fue bastante soportable.

A las 17:03 en el reloj de la organización, las 17:05 en el mío, comienzo mi primera Matagalls Montserrat. Por delante tengo 83,406Km con un desnivel acumulado de 5980m. Salgo tranquilo pues las últimas semanas, desde mis 45Km hasta Caravaca de la Cruz (me he ganado el jubileo por tercera vez, parezco un gato) no he podido entrenar como debiera por diferentes motivos que ahora no vienen al caso. Mi intención inicial es acabar la prueba sin hacerme daño, pero no dejo de darle vueltas a la posibilidad de intentar acabar por debajo de las 15 horas.

Dejo atrás Collformic y durante todo el Plà de la Calma troto en los planos, camino en las subidas y me dejo ir un poco en las escasas bajadas. Poco a poco pasan los kilómetros y a los 45 minutos (17:48h) alcanzo a Eduard y Cristina (Padres de un compañero de colegio de mi hijo y con quienes he compartido autobús de subida). Han salido unos 15’ antes que yo, pero con la intención de caminarla todo el tiempo. Durante 2 horas salimos los 3000 participantes en grupos de 25, previamente asignados, cada minuto. Dejo atrás el 1er control de paso (18:07h - Km 8,4) y me dirijo hacia Aiguafreda (Km. 16,1). Y llega la primera cola dominguera. La bajada es estrecha, técnica y está bastante resbaladiza, lo que conlleva que mucha gente ralentice, quizás demasiado, la marcha creando una cola importante.

Por fin llego a Aiguafreda y saludo a los Correctas del avituallamiento pirata preparado por Buff. ¡Que grande eres! Me paro lo justo, un plátano, unas galletas y sigo hacia delante. Unos metros después se encuentra el primer avituallamiento oficial de la carrera, pero pregunto si hay un control sorpresa, me dicen que no y me lo salto. Justo dejar Aiguafreda empieza la primera subida seria del día y después el 2º control de paso (19:45h - Km 19,5). Llega la noche, en medio de una persistente niebla que refleja la luz del frontal. Van pasando los kilómetros, los controles (C3:21:13h - Km 28,2; C4:22:51h - Km 36,6) y los avituallamientos. Especial mención merece la empanada de atún que me calcé como cena, paré unos 5', en el segundo avituallamiento del Coll de Poses (21:55h - Km 31,5). ¡Que bien me entró!

A las 00:30h llegué al avituallamiento de St. Llorenç Savall (Km 45,3). Según los expertos, el punto intermedio de la carrera y lugar donde más gente decide abandonar la misma. Dicen también, que si te encuentras con fuerzas has de multiplicar por dos el tiempo que lleves en ese momento (en mi caso 7h y 27’) y te dará tu tiempo final aproximado: hago el cálculo y me salen ¡14h 54’! ¡Ojala! Pero queda mucho por delante y empiezo a ir muy cansado. Paro lo justo para rellenar bebida, comer algo de fruta y frutos secos... Y sigo.

Dejo atrás el 5º control (01:22h - Km 51,0) y me encamino solo, como toda la noche hasta ahora, hacia el Coll de Grua. Son 5 ó 6 kilómetros de dura y técnica ascensión que se me hicieron ¡Interminables! Fue el único momento de toda la carrera que me hice la típica pregunta en estos casos... ¿¡Qué coño hago aquí!? Pero como siempre todo llega y todo pasa, así que por fin llegué al 6º control (02:43h - Km. 57,4) superado por fin el puto Coll de Grua.

La noche avanza, ¡Al fin se ve con nitidez la luna! La niebla cesa y se distinguen los perfiles de las montañas. Parece una tontería, pero cuando vas tan justo de fuerzas anima mucho ver que algo mejora a tu alrededor. Sigo solo, dejo atrás el famoso avituallamiento de los Donuts (Km 58,7) ¡Qué bien sientan! ¡Me calcé 4! Hoy la línea importa poco ¿no? Pasamos cerca de Matadepera, urbanización Les Pedritxes. ¡Qué coñazo de bajada! Larga, pronunciada y sobre asfalto. 7º Control (04:10h - Km 64,7).

Entre el Collet del Queixal y Casanova de l’Obac, Km 65/67, me adelantan dos corredores y oigo: “Venga Sergio”. Les miro y veo a Moisés (Compañero de antiguas aventuras: el Meridià Verd, la maratón de BCN, la CCC...). Van más fuertes que yo, pero estoy arto de ir solo y decido pegarme a ellos y ya no los dejaré hasta el final.

Superamos el 8º control (04:55h - Km 69,4), antes de tragarnos el segundo tapón importante de la carrera. Justo en la última subida (muy técnica y dura) antes de Vacarisses se produce un atasco importante. Es una mala pasada pues nos ralentiza el ritmo, pero es posible que eso nos venga bien ya que nos permitirá recuperar fuerzas. Por fin el camino se despeja y llegamos al avituallamiento de Vacarisses (Km 71,9) Comemos algo, reponemos líquido y me ajusto por segunda vez calcetines y calzado. Una parada rápida, pero necesaria. Justo después de cruzar la estación de tren de Vacarisses (Segundo punto masivo de abandonos) tenemos el 1er y único despiste de navegación... Nada grave unos escasos 50 metros que retrocedemos y proseguimos el camino.

Tras subir la Carena Hostal de la Creu llegamos al 9º y penúltimo control de paso (06:28h - Km. 77,9). Estamos cerca, Montserrat se dibuja nítidamente delante nuestro. Solo nos queda una última bajada hasta Monistrol y la última e intimidadora subida hasta Montserrat. Por fin lo vemos cerca. La bajada es corta, pero con muchos escalones que nos machacan los cuádriceps de mala manera. Durante ese kilómetro cada salto que dábamos venía seguido de su correspondiente gruñido.

Llegamos a Monistrol (Km 78,6). Nos quedan casi 5 kilómetros de durísima ascensión. Son las 06:53h de la mañana, aun es de noche, tengo 1h y 10’ para realizar la ascensión y así bajar de las 15h. Hace tres semanas, totalmente descansado, la subí 59’, pero hoy voy reventado. Sé que en el peor de los casos, una pájara descomunal, bajaría de las 16h así que… ¡A muerte hasta arriba mientras queden fuerzas!

Tomo un último gel llamado un cop de fouet. El nombre lo indica todo, un aporte de glucosa directo a vena, se absorbe muy rápidamente y te aporta energía instantánea. No se puede abusar, el bajón posterior puede ser descomunal, pero es el momento de darlo todo.

¡Empieza a amanecer! Subo a ritmo, sin mirar atrás, con todo lo que me queda, superamos el 10º y último control (07:05h - Km 80,3), los chicos que allí están nos animan entre bromas, pero las cuatro chicas están destrozadas y con una cara de sueño brutal. Llegamos al desvío junto a la tubería del agua… ¡Queda el último esfuerzo! ¡Me duele todo! Empezamos a subir los interminables escalones… Voy como una moto, miro el reloj y confirmo que el sub15 está en el bolsillo, Moisés y el resto de la fila se descuelgan, supero la estación del Cremallera y por fin el último tramo de escaleras... ¡Las subo corriendo!... ¡Sonrío!... ¡Por fin piso la alfombra roja!... ¡Llego al final! Y ficho por última vez. Son las 7h 49’, en ambos relojes... ¡He subido en 56’! Mi tiempo final: 14 horas, 44 minutos y 48 segundos. ¡Tres horas por debajo del tiempo promedio de la prueba! Y según la clasificación provisional he acabado en el puesto 359 de 3000 participantes. Son unos segundos extraños, por un lado de alegría descomunal por conseguir aquello por lo que has luchado duramente y por otro de una tristeza inmensa por no poder celebrarlo con nadie que realmente te importe.
Llega Moisés, nos hacemos la foto de rigor, llega Agustín y me abraza (Es mi gran amigo que me bajará hasta Barcelona. ¡Felicidades! Hoy es su cumpleaños y también el de mi nena), me cambio de ropa, me entrevistan para TV3 (A los 18 minutos del Telenoticies Nit tendré mis 4 segundos de gloria abriendo la tanda de entrevistas que acompañarán a la noticia) y como les dije a ellos: “Estás muerto, estás deseando llegar, te duele todo. Me quiero ir a dormir”.
Murakami escribió en su libro “De que hablo cuando hablo de correr” refiriéndose al recorrer largas distancias corriendo: “- El dolor es obligatorio, pero el sufrimiento es opcional”. Me duele todo, casi no he sufrido y estoy muy contento. Misión cumplida.