domingo, 18 de septiembre de 2011

Matagalls Montserrat 2011

Igual que el año pasado la predicción meteorológica pintaba fatal. Según todas las fuentes, a partir de la madrugada, se esperaban lluvias de cierta intensidad. Es más, en TV3, se atrevieron a pronosticar que “los participantes en la MM se mojarán como patos”. Por suerte e igual que el año pasado, al final,…ni una gota.

Este año me ahorro la paliza de subir en el autocar y esperar casi dos horas para salir. Carme nos hizo el favor de acercarnos hasta Collformic solo 30’ antes de partir. ¡Todo un lujo! Hablo unos minutos con Xeix de CoRReDoRS.Cat y me encamino a la línea de salida.

Justo antes, saludo a Eduard y Cristina (los padres del compañero de colegio de mi hijo con los que subí el año pasado a Collformic). Este año salen un minuto después que yo y tienen la intención de bajar de 17h. Durante 6 horas nos iremos adelantado mutuamente.

A las 17:03, curiosamente la misma hora de salida que el año pasado, comienzo mi segunda Matagalls Montserrat. Por delante los mismos 83,406Km con sus 5980m de desnivel acumulado, pero este año salgo o mejor dicho salimos (seré el Sherpa de Eva) sin ningún tipo de prisa. Mi intención es que acabe la prueba sin sufrir demasiado, aunque creo que lleva el entreno suficiente para intentar acabar por debajo de las 18 horas. 17h53’, fue el tiempo promedio del año pasado. En cuanto a mí, he entrenado lo justo, solo un par de meses, pero creo que será suficiente y el dolor del espolón es historia gracias a las plantillas.

Dejamos atrás Collformic y nos adentramos en el Plà de la Calma, que de Plà no tiene nada, en busca del 1er control de paso (Km 8,4). Llevo un listado de los tiempos de paso por los controles con tres franjas finales: 17:53h, 20:00h o 23:59h (que límite para acabar la prueba). A las 18:23h llegamos al primer control, miro el listado y compruebo que vamos clavados en la franja de las 17:53h. Es muy pronto para afirmarlo, pero me alegra ver que podemos intentar bajar de las 18h.

Dejamos atrás el Tagamanent (tiene un significado muy especial para nosotros) y nos dirigimos hacia Aiguafreda (Km. 16,1). La bajada es larga, algo técnica y se estrecha en muchos lugares, pero al no correr no me da la sensación de retención que tuve el año pasado. Hoy no hay prisa, solo tengo una idea en la mente: regular y acabar. Durante la bajada hago un amigo, un perro Boxer de un participante y que casi hasta Aiguafreda llevaré pegado a mí como si fuera mío. Fue un incordio que prácticamente me tira al suelo un par o tres de veces.

Llegamos a Aiguafreda y justo antes de cruzar el puente hay un grupo de personas animando que me ofrecen una bota de vino… ¡Qué bien me entró! Llegamos al primer avituallamiento y casi ni paramos, un plátano, unas galletas y seguimos hacia delante.

Tras dejar atrás Aiguafreda empieza la primera subida seria del día y justo después el 2º control de paso (Km 19,5). Son las 20:18h y hemos mejorado el margen para bajar de 18h y ya es de 20’. Entre este control y el siguiente oiremos los 6 goles restantes (ya llevamos 2) del 8-0 que le meterá hoy el Barça al Osasuna. No hace falta escuchar la radio… toda la fila los corea cuando se producen. A las 20:30h encendemos los frontales ya no los apagaremos hasta las 7:15h de mañana domingo… ¡casi 11 horas de noche nos queda por delante!

Van pasando los kilómetros y aunque no tengo conciencia de haberme torcido el pie derecho, este empieza a dolerme mucho. Es un dolor extraño, por debajo del tobillo, en su parte exterior y que no he sentido antes. Del espolón puedo decir que estoy prácticamente curado (benditas plantillas), pero me han salido un par de ampollas enormes, una en cada pié (puñeteras plantillas). No existe la perfección.

Tras dejar atrás Can Janot se produce un atasco importante, será el primero y el último del día, la subida es técnica, sobre piedra lisa, estrechándose después lo que impide adelantar a nadie. Es una mala pasada pues nos ralentiza el ritmo, pero también es verdad que nos permitirá recuperar fuerzas.

Dejamos atrás el tercer control (Km 28,2), seguimos con el mismo margen de tiempo, y nos dirigimos al segundo avituallamiento del Coll de Poses. Estoy deseando comerme la empanada del año pasado. Llegamos poco antes de las 23h, pero ¡qué desilusión! ¡No hay empanada! Solo probé un trozo de tortilla envasada demasiado fría para mi gusto. Como algo de fruta y unas galletas. Decido repararme los pies, no puedo más con las ampollas, y me pongo un Compeed en cada uno. El año pasado no tuve ningún problema, pero este año las plantillas me están matando. Eduard y Cristina siguen su camino y ya no los volveremos a ver. Antes de salir rellenamos los bidones con agua pues a pesar de ir por la mitad de los participantes tampoco queda Isostar. Hace calor o mejor dicho hace un bochorno bastante acusado y debemos regular el líquido para no tener problemas, pues sudamos bastante.

Superamos el cuarto control (Km 36,6), seguimos con el margen de 15’ sobre el tiempo promedio, coronamos el Coll de Matafaluga donde ha empezado una molesta neblina que se refleja en la luz del frontal, pero si te giras ves la imagen de una fila de lucecitas que viene de lejos. Sobre las 2:00h llegamos al avituallamiento de St. Llorenç Savall (Km 45,3), técnicamente es el punto intermedio de la carrera y lugar donde más gente decide abandonar. Todo el mundo llega aquí tocado, pero la diferencia entre seguir o abandonar está solo en tu cabeza. Es el momento en el que la cabeza ha de mandar sobre las piernas y en mi caso sobre los pies. El dolor del pie derecho es insoportable tanto en la planta como en su lateral, pero la cabeza manda ¿no? Además no la puedo dejar sola, si yo me paro ella se para, así que nos detenemos lo justo para rellenar bidones, comer algo de fruta, unas galletas y seguimos. Hay una regla simple a aplicar en este punto: multiplicas por dos el tiempo que lleves hasta ese momento (en nuestro caso 8h59’) y te dará tu tiempo final aproximado: ¡17h 58’! El año pasado lo clavé, de echo, me sobraron 10’.

Ha pasado una hora, son las 3 de la mañana, pero ya no puedo soportar más el dolor del pié derecho y decido tomarme un Enantyum que llevaba por si me molestaba el espolón. Mira tú por dónde, al final lo he tenido que utilizar. Poco después, a las 03:15h, dejamos atrás el 5º control (Km 51,0) y nos encaminamos hacia la Mola subiendo por el Coll de Grua. Son unos 4 ó 5 kilómetros de dura y técnica ascensión que el año pasado se me hicieron interminables. Este año lo subo más tranquilo, sin descolgar a Eva y lo más importante… ¡El pié no me duele! ¡Qué efectividad de pastilla! Tras una hora y cuarto de dura ascensión llegamos por fin arriba. Se ha hecho duro y por Dios ¡qué calor! ¿Dónde está la bajada de temperaturas que pronosticaron? ¿Dónde está la lluvia? Voy cargado toda la prueba con ropa de recambio para nada. Poco después llegamos al sexto control (Km. 57,4) superado por fin el puto Coll de Grua. Son las 04:50h y hemos perdido gran parte del margen que teníamos, solo nos quedan unos 5’ y todavía 27Km por delante. Está claro que terminaremos, pero por primera vez veo peligrar las 18h.

La noche avanza, la neblina cesa y enseguida llegamos al famoso avituallamiento de Camí Moliner, conocido popularmente como “el de los Donuts” (Km 58,7) ¡Qué bien sientan! Hoy es uno de esos días en el que la línea importa poco ¿no? Está situado justo al inicio de la urbanización Les Pedritxes. ¡Qué coñazo de bajada! Larga, pronunciada y sobre asfalto. Que nos dirige hasta el penúltimo escollo del día… la subida al Collet del Queixal en cuya cima llegamos al séptimo control (Km 64,7). Son las 06:30, todavía es de noche, el margen ha bajado a solo un par de minutos. Pero estoy contento pues ya solo nos queda la subida a Montserrat.

Sobre las 7 de la mañana empieza a amanecer y también a dolerme, de nuevo, el pié. A las 07:26 superamos el octavo control (Km 69,4), el margen se ha mantenido en los 2/3’, apagamos los frontales y superamos una pequeña, pero jodida subida antes de llegar al avituallamiento de Vacarisses. (Km 71,9). Durante toda la prueba, cada dos horas, hemos estado alimentándonos a base de geles. Intercalando uno de energía con otro de recuperación. Comemos algo de fruta, reponemos líquido en los bidones y me tomo el segundo Enantyum. Calculo que ya no me volverá a doler hasta arriba.

Tras subir la Carena Hostal de la Creu llegamos al noveno y penúltimo control de paso (Km. 77,9). Son las 09:03 de la mañana, hemos recuperado tiempo y el margen es ahora de 8’. Estamos cerca, Montserrat se dibuja nítidamente delante nuestro. Le pregunto a Eva “¿cómo vas?” Y me responde “voy” , no en serio… “¿vas bien o sobrevives?” Y ella me contesta: “voy bien”. Por primera vez le hablo de tiempos y le digo “solo nos queda un último esfuerzo, la bajada hasta Monistrol y la subida a Montserrat. Podemos bajar de 18h” Ella no contesta, seguro que va muy cansada, pero ahora es la cabeza la que manda y le digo “Está claro que la vas a terminar. Y dices que no la volverás a hacer nunca ¿no? Pues no es lo mismo decir que la acabaste en 17 horas y pico, aunque sean 17:59, que decir 18 horas y poco. No es solo un minuto, es un mundo. ¿Lo intentamos?” No dijo nada y ya se sabe que quien calla, otorga.

La bajada hasta Monistrol es corta, pero con muchos escalones que nos machacan los cuádriceps de mala manera. Durante ese kilómetro cada salto que dábamos venía seguido de su correspondiente gruñido. Llegamos a Monistrol (Km 78,6). Nos quedan casi 5 kilómetros de durísima ascensión, pero llevamos margen de sobras para bajar de las 18h. Tomamos un último gel llamado un Cop de Fouet. El nombre lo indica todo, un aporte de glucosa directo a vena, se absorbe muy rápidamente y te aporta energía instantánea. No se puede abusar, es el único del día, el bajón posterior puede ser descomunal, pero es el momento de darlo todo.

Subo a ritmo, pero sin descolgarla, va bien, va sobrada, superamos el 10º y último control (Km.80,3), el margen se ha ampliado a once minutos. ¡Esto está hecho! Llegamos al desvío junto a la tubería del agua… ¡Queda el último esfuerzo! Empezamos a subir los interminables escalones… Vamos como motos, miro el reloj y confirmo que rondaremos las diecisiete horas y media. ¡Qué pasada! Superamos la estación del Cremallera, Eduard y Cristina están bajando en él, llega el último tramo de escaleras... ¡Por fin pisamos la alfombra roja!... ¡Hemos acabado! Y fichamos por última vez. Son las 10h36’. ¡Hemos subido en poco más de una hora! Tiempo final: 17 horas, 33 minutos y 31 segundos. ¡Por debajo del tiempo promedio de la prueba! Y según la clasificación provisional hemos acabado en el puesto 1018/1019 de 3000 participantes, siendo Eva la 54ª en la clasificación femenina. No está nada mal.



Al llegar a casa entendí el porqué de tanto dolor… el tobillo derecho está totalmente inflado y con un gran hematoma. Es cierto que me dolía muchísimo, pero de eso a como lo tengo ahora. No puedo ni andar. Pero ya se sabe…“Fuerza y honor”.