martes, 12 de julio de 2011

No abandono, sigo aquí.

Algún cotilla ¿verdad Chema? Pensaba que al no haber ningún movimiento en el blog posiblemente me había rendido, pero como bien me dijo él mismo: “un legionario nunca se rinde”.

No se rinde, pero a veces sufre y llevo unos meses sufriendo debido a un dolor insoportable en el talón, y yo no me suelo quejar demasiado. Tras probarlo todo, descanso, antiinflamatorios, hielo, más descanso… Decidí visitar al podólogo. Lo sé, debería haber empezado por ahí, pero no miento cuando digo que no tengo tiempo ni de ir al médico.

Diagnóstico: “Una calcificación en el calcáneo”, comúnmente llamado “un espolón”. Solución: unas plantillas para descargar el arco del pié.

De momento, solo llevo dos semanas, parece que funciona. El dolor no se ha ido del todo, pero se ha mitigado muchísimo y me permite correr de una manera más asidua. Aunque las ampollas a causa de las plantillas me están machacando los pies. Cualquier día de estos se declararán en huelga.

¿Y ahora qué? No tuve suerte en el sorteo de la Zegama-Aizkorri (la hubiera corrido cojo) y desde enero no he corrido prácticamente nada, pero no quisiera que el año quedara en blanco así que me planteo dos retos para lo que resta de él:

1. En septiembre: acabar la Matagalls – Montserrat. Con dos meses por delante no puedo ni debo aspirar a nada más, pero me servirá de base para el segundo reto además de ser el sherpa de lujo de una primeriza.

2. En noviembre: correr la Marató del Montseny. 42Km con 5200m de desnivel acumulado. ¡Con dos!