domingo, 18 de septiembre de 2011

Matagalls Montserrat 2011

Igual que el año pasado la predicción meteorológica pintaba fatal. Según todas las fuentes, a partir de la madrugada, se esperaban lluvias de cierta intensidad. Es más, en TV3, se atrevieron a pronosticar que “los participantes en la MM se mojarán como patos”. Por suerte e igual que el año pasado, al final,…ni una gota.

Este año me ahorro la paliza de subir en el autocar y esperar casi dos horas para salir. Carme nos hizo el favor de acercarnos hasta Collformic solo 30’ antes de partir. ¡Todo un lujo! Hablo unos minutos con Xeix de CoRReDoRS.Cat y me encamino a la línea de salida.

Justo antes, saludo a Eduard y Cristina (los padres del compañero de colegio de mi hijo con los que subí el año pasado a Collformic). Este año salen un minuto después que yo y tienen la intención de bajar de 17h. Durante 6 horas nos iremos adelantado mutuamente.

A las 17:03, curiosamente la misma hora de salida que el año pasado, comienzo mi segunda Matagalls Montserrat. Por delante los mismos 83,406Km con sus 5980m de desnivel acumulado, pero este año salgo o mejor dicho salimos (seré el Sherpa de Eva) sin ningún tipo de prisa. Mi intención es que acabe la prueba sin sufrir demasiado, aunque creo que lleva el entreno suficiente para intentar acabar por debajo de las 18 horas. 17h53’, fue el tiempo promedio del año pasado. En cuanto a mí, he entrenado lo justo, solo un par de meses, pero creo que será suficiente y el dolor del espolón es historia gracias a las plantillas.

Dejamos atrás Collformic y nos adentramos en el Plà de la Calma, que de Plà no tiene nada, en busca del 1er control de paso (Km 8,4). Llevo un listado de los tiempos de paso por los controles con tres franjas finales: 17:53h, 20:00h o 23:59h (que límite para acabar la prueba). A las 18:23h llegamos al primer control, miro el listado y compruebo que vamos clavados en la franja de las 17:53h. Es muy pronto para afirmarlo, pero me alegra ver que podemos intentar bajar de las 18h.

Dejamos atrás el Tagamanent (tiene un significado muy especial para nosotros) y nos dirigimos hacia Aiguafreda (Km. 16,1). La bajada es larga, algo técnica y se estrecha en muchos lugares, pero al no correr no me da la sensación de retención que tuve el año pasado. Hoy no hay prisa, solo tengo una idea en la mente: regular y acabar. Durante la bajada hago un amigo, un perro Boxer de un participante y que casi hasta Aiguafreda llevaré pegado a mí como si fuera mío. Fue un incordio que prácticamente me tira al suelo un par o tres de veces.

Llegamos a Aiguafreda y justo antes de cruzar el puente hay un grupo de personas animando que me ofrecen una bota de vino… ¡Qué bien me entró! Llegamos al primer avituallamiento y casi ni paramos, un plátano, unas galletas y seguimos hacia delante.

Tras dejar atrás Aiguafreda empieza la primera subida seria del día y justo después el 2º control de paso (Km 19,5). Son las 20:18h y hemos mejorado el margen para bajar de 18h y ya es de 20’. Entre este control y el siguiente oiremos los 6 goles restantes (ya llevamos 2) del 8-0 que le meterá hoy el Barça al Osasuna. No hace falta escuchar la radio… toda la fila los corea cuando se producen. A las 20:30h encendemos los frontales ya no los apagaremos hasta las 7:15h de mañana domingo… ¡casi 11 horas de noche nos queda por delante!

Van pasando los kilómetros y aunque no tengo conciencia de haberme torcido el pie derecho, este empieza a dolerme mucho. Es un dolor extraño, por debajo del tobillo, en su parte exterior y que no he sentido antes. Del espolón puedo decir que estoy prácticamente curado (benditas plantillas), pero me han salido un par de ampollas enormes, una en cada pié (puñeteras plantillas). No existe la perfección.

Tras dejar atrás Can Janot se produce un atasco importante, será el primero y el último del día, la subida es técnica, sobre piedra lisa, estrechándose después lo que impide adelantar a nadie. Es una mala pasada pues nos ralentiza el ritmo, pero también es verdad que nos permitirá recuperar fuerzas.

Dejamos atrás el tercer control (Km 28,2), seguimos con el mismo margen de tiempo, y nos dirigimos al segundo avituallamiento del Coll de Poses. Estoy deseando comerme la empanada del año pasado. Llegamos poco antes de las 23h, pero ¡qué desilusión! ¡No hay empanada! Solo probé un trozo de tortilla envasada demasiado fría para mi gusto. Como algo de fruta y unas galletas. Decido repararme los pies, no puedo más con las ampollas, y me pongo un Compeed en cada uno. El año pasado no tuve ningún problema, pero este año las plantillas me están matando. Eduard y Cristina siguen su camino y ya no los volveremos a ver. Antes de salir rellenamos los bidones con agua pues a pesar de ir por la mitad de los participantes tampoco queda Isostar. Hace calor o mejor dicho hace un bochorno bastante acusado y debemos regular el líquido para no tener problemas, pues sudamos bastante.

Superamos el cuarto control (Km 36,6), seguimos con el margen de 15’ sobre el tiempo promedio, coronamos el Coll de Matafaluga donde ha empezado una molesta neblina que se refleja en la luz del frontal, pero si te giras ves la imagen de una fila de lucecitas que viene de lejos. Sobre las 2:00h llegamos al avituallamiento de St. Llorenç Savall (Km 45,3), técnicamente es el punto intermedio de la carrera y lugar donde más gente decide abandonar. Todo el mundo llega aquí tocado, pero la diferencia entre seguir o abandonar está solo en tu cabeza. Es el momento en el que la cabeza ha de mandar sobre las piernas y en mi caso sobre los pies. El dolor del pie derecho es insoportable tanto en la planta como en su lateral, pero la cabeza manda ¿no? Además no la puedo dejar sola, si yo me paro ella se para, así que nos detenemos lo justo para rellenar bidones, comer algo de fruta, unas galletas y seguimos. Hay una regla simple a aplicar en este punto: multiplicas por dos el tiempo que lleves hasta ese momento (en nuestro caso 8h59’) y te dará tu tiempo final aproximado: ¡17h 58’! El año pasado lo clavé, de echo, me sobraron 10’.

Ha pasado una hora, son las 3 de la mañana, pero ya no puedo soportar más el dolor del pié derecho y decido tomarme un Enantyum que llevaba por si me molestaba el espolón. Mira tú por dónde, al final lo he tenido que utilizar. Poco después, a las 03:15h, dejamos atrás el 5º control (Km 51,0) y nos encaminamos hacia la Mola subiendo por el Coll de Grua. Son unos 4 ó 5 kilómetros de dura y técnica ascensión que el año pasado se me hicieron interminables. Este año lo subo más tranquilo, sin descolgar a Eva y lo más importante… ¡El pié no me duele! ¡Qué efectividad de pastilla! Tras una hora y cuarto de dura ascensión llegamos por fin arriba. Se ha hecho duro y por Dios ¡qué calor! ¿Dónde está la bajada de temperaturas que pronosticaron? ¿Dónde está la lluvia? Voy cargado toda la prueba con ropa de recambio para nada. Poco después llegamos al sexto control (Km. 57,4) superado por fin el puto Coll de Grua. Son las 04:50h y hemos perdido gran parte del margen que teníamos, solo nos quedan unos 5’ y todavía 27Km por delante. Está claro que terminaremos, pero por primera vez veo peligrar las 18h.

La noche avanza, la neblina cesa y enseguida llegamos al famoso avituallamiento de Camí Moliner, conocido popularmente como “el de los Donuts” (Km 58,7) ¡Qué bien sientan! Hoy es uno de esos días en el que la línea importa poco ¿no? Está situado justo al inicio de la urbanización Les Pedritxes. ¡Qué coñazo de bajada! Larga, pronunciada y sobre asfalto. Que nos dirige hasta el penúltimo escollo del día… la subida al Collet del Queixal en cuya cima llegamos al séptimo control (Km 64,7). Son las 06:30, todavía es de noche, el margen ha bajado a solo un par de minutos. Pero estoy contento pues ya solo nos queda la subida a Montserrat.

Sobre las 7 de la mañana empieza a amanecer y también a dolerme, de nuevo, el pié. A las 07:26 superamos el octavo control (Km 69,4), el margen se ha mantenido en los 2/3’, apagamos los frontales y superamos una pequeña, pero jodida subida antes de llegar al avituallamiento de Vacarisses. (Km 71,9). Durante toda la prueba, cada dos horas, hemos estado alimentándonos a base de geles. Intercalando uno de energía con otro de recuperación. Comemos algo de fruta, reponemos líquido en los bidones y me tomo el segundo Enantyum. Calculo que ya no me volverá a doler hasta arriba.

Tras subir la Carena Hostal de la Creu llegamos al noveno y penúltimo control de paso (Km. 77,9). Son las 09:03 de la mañana, hemos recuperado tiempo y el margen es ahora de 8’. Estamos cerca, Montserrat se dibuja nítidamente delante nuestro. Le pregunto a Eva “¿cómo vas?” Y me responde “voy” , no en serio… “¿vas bien o sobrevives?” Y ella me contesta: “voy bien”. Por primera vez le hablo de tiempos y le digo “solo nos queda un último esfuerzo, la bajada hasta Monistrol y la subida a Montserrat. Podemos bajar de 18h” Ella no contesta, seguro que va muy cansada, pero ahora es la cabeza la que manda y le digo “Está claro que la vas a terminar. Y dices que no la volverás a hacer nunca ¿no? Pues no es lo mismo decir que la acabaste en 17 horas y pico, aunque sean 17:59, que decir 18 horas y poco. No es solo un minuto, es un mundo. ¿Lo intentamos?” No dijo nada y ya se sabe que quien calla, otorga.

La bajada hasta Monistrol es corta, pero con muchos escalones que nos machacan los cuádriceps de mala manera. Durante ese kilómetro cada salto que dábamos venía seguido de su correspondiente gruñido. Llegamos a Monistrol (Km 78,6). Nos quedan casi 5 kilómetros de durísima ascensión, pero llevamos margen de sobras para bajar de las 18h. Tomamos un último gel llamado un Cop de Fouet. El nombre lo indica todo, un aporte de glucosa directo a vena, se absorbe muy rápidamente y te aporta energía instantánea. No se puede abusar, es el único del día, el bajón posterior puede ser descomunal, pero es el momento de darlo todo.

Subo a ritmo, pero sin descolgarla, va bien, va sobrada, superamos el 10º y último control (Km.80,3), el margen se ha ampliado a once minutos. ¡Esto está hecho! Llegamos al desvío junto a la tubería del agua… ¡Queda el último esfuerzo! Empezamos a subir los interminables escalones… Vamos como motos, miro el reloj y confirmo que rondaremos las diecisiete horas y media. ¡Qué pasada! Superamos la estación del Cremallera, Eduard y Cristina están bajando en él, llega el último tramo de escaleras... ¡Por fin pisamos la alfombra roja!... ¡Hemos acabado! Y fichamos por última vez. Son las 10h36’. ¡Hemos subido en poco más de una hora! Tiempo final: 17 horas, 33 minutos y 31 segundos. ¡Por debajo del tiempo promedio de la prueba! Y según la clasificación provisional hemos acabado en el puesto 1018/1019 de 3000 participantes, siendo Eva la 54ª en la clasificación femenina. No está nada mal.



Al llegar a casa entendí el porqué de tanto dolor… el tobillo derecho está totalmente inflado y con un gran hematoma. Es cierto que me dolía muchísimo, pero de eso a como lo tengo ahora. No puedo ni andar. Pero ya se sabe…“Fuerza y honor”.

martes, 12 de julio de 2011

No abandono, sigo aquí.

Algún cotilla ¿verdad Chema? Pensaba que al no haber ningún movimiento en el blog posiblemente me había rendido, pero como bien me dijo él mismo: “un legionario nunca se rinde”.

No se rinde, pero a veces sufre y llevo unos meses sufriendo debido a un dolor insoportable en el talón, y yo no me suelo quejar demasiado. Tras probarlo todo, descanso, antiinflamatorios, hielo, más descanso… Decidí visitar al podólogo. Lo sé, debería haber empezado por ahí, pero no miento cuando digo que no tengo tiempo ni de ir al médico.

Diagnóstico: “Una calcificación en el calcáneo”, comúnmente llamado “un espolón”. Solución: unas plantillas para descargar el arco del pié.

De momento, solo llevo dos semanas, parece que funciona. El dolor no se ha ido del todo, pero se ha mitigado muchísimo y me permite correr de una manera más asidua. Aunque las ampollas a causa de las plantillas me están machacando los pies. Cualquier día de estos se declararán en huelga.

¿Y ahora qué? No tuve suerte en el sorteo de la Zegama-Aizkorri (la hubiera corrido cojo) y desde enero no he corrido prácticamente nada, pero no quisiera que el año quedara en blanco así que me planteo dos retos para lo que resta de él:

1. En septiembre: acabar la Matagalls – Montserrat. Con dos meses por delante no puedo ni debo aspirar a nada más, pero me servirá de base para el segundo reto además de ser el sherpa de lujo de una primeriza.

2. En noviembre: correr la Marató del Montseny. 42Km con 5200m de desnivel acumulado. ¡Con dos!

jueves, 18 de noviembre de 2010

46 Behobia - San Sebastian

El año pasado escribí sobre mi primera experiencia en la B-SS: “Me lo he pasado en grande. Volveré seguro”. Pues eso, una promesa es una promesa y el pasado domingo corrí mi segunda edición de la Behobia-San Sebastian. Prácticamente escribiré la misma crónica que el año pasado pues el circuito es el mismo, también nos llovió muchísimo y todo el mundo ha salido a la calle para animarnos.

Este año la he corrido solo, bueno solo... junto a otros 20000 chalados que no se perderían esta experiencia por nada del mundo. Cogí el tren de subida a Irún, con tiempo suficiente, tenía que desayunar mi pincho de tortilla de patatas con su correspondiente Isostar (mi cervecita de rigor). Estamos en el País vasco y una tradición es una tradición ¿no?

Mi hora de salida era las 11:09. Sobre las 11:07 empezamos a cantar, a aplaudir, a reír y sin darnos cuenta...empezamos a correr. Ya estamos en marcha y como el año pasado el cielo no nos da tregua y llueve de verdad, una lluvia que será persistente y no nos dejará hasta el final. Eso sí, nos ahorraremos el granizo y el viento solo nos atizó en algunas ocasiones.

Sé que no llevo ningún tipo de entreno, hace un mes y medio que no corro (desde la Matagalls Montserrat), sé que debería salir muy tranquilo y disfrutar del paisaje, pero me dejé ir. Sabía que me faltaban kilómetros en las piernas y que probablemente al final me vendría un poco abajo, pero cuando me pongo un dorsal no se correr de otra manera... ¡Sangre y honor!

Dejamos Irún entre toboganes y un montón de gente animándonos por todos sitios. En el kilómetro 6 llega la primera subida importante, el alto de Gaintxurizketa, coincidiendo con la entrada en la autovía, una autovía tomada por una serpiente multicolor de corredores, e incluso aquí, lejos de cualquier lugar hay público animándonos. Seguramente es el sitio con menos gente de toda la carrera, pero hay gente, sobre todo en su cima. Y con lo que está cayendo tiene mucho mérito.

Salvo el primer escollo de dos kilómetros sostenidos de subida sin perder demasiado tiempo y sigo a un sorprendente ritmo de 1h35’. Empiezo la bajada intentando no reventarme, se me está empezando a hacer largo el tema. Comienza una zona de toboganes (repechos de 50 a 100 metros), en la carretera que nos llevará hasta la población de Lezo donde todo el pueblo, como cada año, saldrá a saludarnos.

Tras atravesar el puerto, entre los pitos de los trenes que nos íbamos cruzando por el camino, y vigilando donde pisábamos ya que el suelo a veces era algo irregular, con cruce de algunos raíles y muchos charcos. Entramos en Lezo y el ambiente es la hostia... Te hacen sentir fuerte, te hacen sentir bien.

Dejo Lezo y me dirijo hacia el barrio de Trintxerpe, en el kilómetro 16 comienza la dura subida al Alto de Miracruz. Es un poco más de un kilómetro, pero se me hace interminable a pesar del gentío que hay animándome. Aquí pago mi falta de entreno y sufro por no perder demasiado tiempo, la gente me anima, me grita “¡OSO ONDO! ¡OSO ONDO!”, pero no puedo ir más deprisa... ¡Qué larga se me hizo!. Por fin llego arriba y comienzo la bajada por la Avenida de Ategorrieta, hacia el barrio de Gros, en mente tengo la posibilidad todavía de bajar de 1h35’, aunque he perdido mucho tiempo, enfilo la recta hacia la playa de la Zurriola por la Avenida de Navarra. Estos tres últimos kilómetros son la hostia, es una pasillo de gente animándote, muchos de ellos por tu nombre ya que lo llevamos escrito en el dorsal, no paran de animar, de aplaudir, te sientes en medio de una ascensión mítica del Tour de Francia.


¡Recta final! La Avenida de la Zurriola. Dejo atrás el Palacio de Congresos del Kursaal... En el puente mando un besazo a mi público especial... Acelero, aprieto los dientes y al final 1h 35’ 01” Que es lo de menos. Lo más importante es que he disfrutado muchísimo de la carrera, a pesar de haber forzado el ritmo (no llevaba ningún entreno), la rodilla no me ha molestado, he disfrutado del paisaje, me he recreado en el público, en el ambiente, me he dado un baño de admiración y cariño y no he dejado a ningún niño con la mano puesta en el aire sin ser saludado. Me lo he pasado en grande. Volveré seguro y es una promesa.

El lunes me enteré, por la prensa, del fallecimiento de un corredor vasco (era su sexta participación) poco antes de la llegada. Su corazón, él no era un novato, no pudo soportar tanto cariño. César, allí por donde estés ahora corriendo, recibe un fuerte abrazo y mi recuerdo para siempre.

martes, 9 de noviembre de 2010

¿Y ahora qué?

Es la pregunta típica que me hago cada noviembre para programar mis nuevos retos de cara al próximo año. Reconozco que debido a mi situación personal me cuesta muchísimo esfuerzo prepararlos, pero también es cierto que o son retos de verdad (como poco una maratón) o no me motivan lo más mínimo.

Si hago un repaso de este año (2010), veo que pesar de no disponer del tiempo necesario para prepararlas como a mí me hubiera gustado, he realizado grandes cosas de las que estoy muy orgulloso. Es curioso, siempre creo que podría haber hecho algo más y mejor, pero es mi entorno cercano quien me da la perspectiva correcta, son los que me hacen ver que lo que para mí es lo más normal del mundo (recorrer largas distancias con mucho desnivel), en realidad no lo es.

Durante los pasados meses de diciembre y enero me fue imposible preparar la maratón de Barcelona (tenía que montar un hogar y organizar mi nueva familia), pero en mayo pude cumplir, por fin, mi sueño de subir al Aizkorri y sobre todo siempre me quedará el honor y la gran satisfacción de poder decir que yo acabé la Zegama del 2010. ¡La edición más dura de su historia!...”Sangre y honor”. En septiembre participé también en mi primera Matagalls-Montserrat... ¡Finalicé el 359 de 3000 participantes! Resumiendo, lo que he realizado durante este 2010 es para estar muy orgulloso, y en realidad lo estoy, pues yo y solo yo sé en que condiciones he podido entrenar estas dos pruebas tan duras.

¿Y para el 2011 qué? Este año me ha enseñado que no puedo hacer planes, que me debo amoldar a las situaciones tal y como surjan, así que... ¡no tengo ni idea lo que haré! Si la rodilla me deja y puedo prepararlas como se merecen me haría ilusión... correr en marzo mi carrera: la maratón de Barcelona, en mayo bajar de las 7h en mi segunda Zegama-Aizkorri, si no me tocara el sorteo de la Zegama, en marzo intentaría participar en la maratón de montaña de la Vall del Congost (la más dura del estado español), en septiembre bajar de las 13h:30’ en mi segunda Matagalls-Montserrat y durante el resto del año intentaría conseguir los 3 puntos que me faltan (ahora son 5 y no 4 los que se necesitan) para realizar en el 2012 uno de mis sueños... Finalizar la Ultra Trail del Montblanc (sin duda la prueba de montaña más dura del mundo). Y como siempre me surgen las grandes dudas... ¿Podría prepararla de verdad? De ser así ¿Realmente la podría acabar? Ni yo mismo puedo responderme, pero ¿hay alguien capaz de asegurarme que no podría? Solo sé que si no los busco, jamás sabré donde están mis límites y además por que preocuparme ahora del 2012 si aún me quedan por realizar todos los sueños del 2011 ¿no?
Aunque el 2010 aún no ha acabado del todo, este próximo domingo correré mi segunda Behobia-San Sebastian. Llevo sin poder entrenar un mes por un dolor en mi rodilla derecha (espero que no sea mi vieja amiga que me visita de nuevo), pero a pesar de ello no me la quiero perder. Es una carrera para disfrutar de su ambiente, disfrutar de un público maravilloso que te anima incondicionalmente sin importarles la climatología adversa ni que seas un don nadie, disfrutar al chocar tu mano con los niños que te esperan con la suya levantada para que tú les saludes... en definitiva, cumple perfectamente con los motivos por los que sigo y seguiré corriendo mientras pueda... correr me permite pensar, correr me relaja, corriendo me siento libre, corriendo soy feliz y sobre todo creo que me hace mejor persona.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Matagalls Montserrat 2010

Anteayer viernes, como el resto de la semana, empezó el día con 12 comunidades autónomas, entre ellas Cataluña, en alerta roja por la posibilidad de lluvias torrenciales. Desde hace un año hacia aquí, cada vez que participo en alguna prueba, Eolo y sus secuaces hacen acto de presencia. ¿Es realmente necesario? Por suerte solo nos llovió hasta el mismo momento de la salida, después ni una gota, y a pesar de la gran cantidad de charcos que habían, el barro acumulado fue bastante soportable.

A las 17:03 en el reloj de la organización, las 17:05 en el mío, comienzo mi primera Matagalls Montserrat. Por delante tengo 83,406Km con un desnivel acumulado de 5980m. Salgo tranquilo pues las últimas semanas, desde mis 45Km hasta Caravaca de la Cruz (me he ganado el jubileo por tercera vez, parezco un gato) no he podido entrenar como debiera por diferentes motivos que ahora no vienen al caso. Mi intención inicial es acabar la prueba sin hacerme daño, pero no dejo de darle vueltas a la posibilidad de intentar acabar por debajo de las 15 horas.

Dejo atrás Collformic y durante todo el Plà de la Calma troto en los planos, camino en las subidas y me dejo ir un poco en las escasas bajadas. Poco a poco pasan los kilómetros y a los 45 minutos (17:48h) alcanzo a Eduard y Cristina (Padres de un compañero de colegio de mi hijo y con quienes he compartido autobús de subida). Han salido unos 15’ antes que yo, pero con la intención de caminarla todo el tiempo. Durante 2 horas salimos los 3000 participantes en grupos de 25, previamente asignados, cada minuto. Dejo atrás el 1er control de paso (18:07h - Km 8,4) y me dirijo hacia Aiguafreda (Km. 16,1). Y llega la primera cola dominguera. La bajada es estrecha, técnica y está bastante resbaladiza, lo que conlleva que mucha gente ralentice, quizás demasiado, la marcha creando una cola importante.

Por fin llego a Aiguafreda y saludo a los Correctas del avituallamiento pirata preparado por Buff. ¡Que grande eres! Me paro lo justo, un plátano, unas galletas y sigo hacia delante. Unos metros después se encuentra el primer avituallamiento oficial de la carrera, pero pregunto si hay un control sorpresa, me dicen que no y me lo salto. Justo dejar Aiguafreda empieza la primera subida seria del día y después el 2º control de paso (19:45h - Km 19,5). Llega la noche, en medio de una persistente niebla que refleja la luz del frontal. Van pasando los kilómetros, los controles (C3:21:13h - Km 28,2; C4:22:51h - Km 36,6) y los avituallamientos. Especial mención merece la empanada de atún que me calcé como cena, paré unos 5', en el segundo avituallamiento del Coll de Poses (21:55h - Km 31,5). ¡Que bien me entró!

A las 00:30h llegué al avituallamiento de St. Llorenç Savall (Km 45,3). Según los expertos, el punto intermedio de la carrera y lugar donde más gente decide abandonar la misma. Dicen también, que si te encuentras con fuerzas has de multiplicar por dos el tiempo que lleves en ese momento (en mi caso 7h y 27’) y te dará tu tiempo final aproximado: hago el cálculo y me salen ¡14h 54’! ¡Ojala! Pero queda mucho por delante y empiezo a ir muy cansado. Paro lo justo para rellenar bebida, comer algo de fruta y frutos secos... Y sigo.

Dejo atrás el 5º control (01:22h - Km 51,0) y me encamino solo, como toda la noche hasta ahora, hacia el Coll de Grua. Son 5 ó 6 kilómetros de dura y técnica ascensión que se me hicieron ¡Interminables! Fue el único momento de toda la carrera que me hice la típica pregunta en estos casos... ¿¡Qué coño hago aquí!? Pero como siempre todo llega y todo pasa, así que por fin llegué al 6º control (02:43h - Km. 57,4) superado por fin el puto Coll de Grua.

La noche avanza, ¡Al fin se ve con nitidez la luna! La niebla cesa y se distinguen los perfiles de las montañas. Parece una tontería, pero cuando vas tan justo de fuerzas anima mucho ver que algo mejora a tu alrededor. Sigo solo, dejo atrás el famoso avituallamiento de los Donuts (Km 58,7) ¡Qué bien sientan! ¡Me calcé 4! Hoy la línea importa poco ¿no? Pasamos cerca de Matadepera, urbanización Les Pedritxes. ¡Qué coñazo de bajada! Larga, pronunciada y sobre asfalto. 7º Control (04:10h - Km 64,7).

Entre el Collet del Queixal y Casanova de l’Obac, Km 65/67, me adelantan dos corredores y oigo: “Venga Sergio”. Les miro y veo a Moisés (Compañero de antiguas aventuras: el Meridià Verd, la maratón de BCN, la CCC...). Van más fuertes que yo, pero estoy arto de ir solo y decido pegarme a ellos y ya no los dejaré hasta el final.

Superamos el 8º control (04:55h - Km 69,4), antes de tragarnos el segundo tapón importante de la carrera. Justo en la última subida (muy técnica y dura) antes de Vacarisses se produce un atasco importante. Es una mala pasada pues nos ralentiza el ritmo, pero es posible que eso nos venga bien ya que nos permitirá recuperar fuerzas. Por fin el camino se despeja y llegamos al avituallamiento de Vacarisses (Km 71,9) Comemos algo, reponemos líquido y me ajusto por segunda vez calcetines y calzado. Una parada rápida, pero necesaria. Justo después de cruzar la estación de tren de Vacarisses (Segundo punto masivo de abandonos) tenemos el 1er y único despiste de navegación... Nada grave unos escasos 50 metros que retrocedemos y proseguimos el camino.

Tras subir la Carena Hostal de la Creu llegamos al 9º y penúltimo control de paso (06:28h - Km. 77,9). Estamos cerca, Montserrat se dibuja nítidamente delante nuestro. Solo nos queda una última bajada hasta Monistrol y la última e intimidadora subida hasta Montserrat. Por fin lo vemos cerca. La bajada es corta, pero con muchos escalones que nos machacan los cuádriceps de mala manera. Durante ese kilómetro cada salto que dábamos venía seguido de su correspondiente gruñido.

Llegamos a Monistrol (Km 78,6). Nos quedan casi 5 kilómetros de durísima ascensión. Son las 06:53h de la mañana, aun es de noche, tengo 1h y 10’ para realizar la ascensión y así bajar de las 15h. Hace tres semanas, totalmente descansado, la subí 59’, pero hoy voy reventado. Sé que en el peor de los casos, una pájara descomunal, bajaría de las 16h así que… ¡A muerte hasta arriba mientras queden fuerzas!

Tomo un último gel llamado un cop de fouet. El nombre lo indica todo, un aporte de glucosa directo a vena, se absorbe muy rápidamente y te aporta energía instantánea. No se puede abusar, el bajón posterior puede ser descomunal, pero es el momento de darlo todo.

¡Empieza a amanecer! Subo a ritmo, sin mirar atrás, con todo lo que me queda, superamos el 10º y último control (07:05h - Km 80,3), los chicos que allí están nos animan entre bromas, pero las cuatro chicas están destrozadas y con una cara de sueño brutal. Llegamos al desvío junto a la tubería del agua… ¡Queda el último esfuerzo! ¡Me duele todo! Empezamos a subir los interminables escalones… Voy como una moto, miro el reloj y confirmo que el sub15 está en el bolsillo, Moisés y el resto de la fila se descuelgan, supero la estación del Cremallera y por fin el último tramo de escaleras... ¡Las subo corriendo!... ¡Sonrío!... ¡Por fin piso la alfombra roja!... ¡Llego al final! Y ficho por última vez. Son las 7h 49’, en ambos relojes... ¡He subido en 56’! Mi tiempo final: 14 horas, 44 minutos y 48 segundos. ¡Tres horas por debajo del tiempo promedio de la prueba! Y según la clasificación provisional he acabado en el puesto 359 de 3000 participantes. Son unos segundos extraños, por un lado de alegría descomunal por conseguir aquello por lo que has luchado duramente y por otro de una tristeza inmensa por no poder celebrarlo con nadie que realmente te importe.
Llega Moisés, nos hacemos la foto de rigor, llega Agustín y me abraza (Es mi gran amigo que me bajará hasta Barcelona. ¡Felicidades! Hoy es su cumpleaños y también el de mi nena), me cambio de ropa, me entrevistan para TV3 (A los 18 minutos del Telenoticies Nit tendré mis 4 segundos de gloria abriendo la tanda de entrevistas que acompañarán a la noticia) y como les dije a ellos: “Estás muerto, estás deseando llegar, te duele todo. Me quiero ir a dormir”.
Murakami escribió en su libro “De que hablo cuando hablo de correr” refiriéndose al recorrer largas distancias corriendo: “- El dolor es obligatorio, pero el sufrimiento es opcional”. Me duele todo, casi no he sufrido y estoy muy contento. Misión cumplida.

jueves, 1 de julio de 2010

MM 2010

Ya estoy inscrito. Dentro de algo más de dos meses (el tiempo que tengo para prepararla) participaré en 31ª edición de la Matagalls-Montserrat. Seguramente la marcha catalana por excelencia.

Son 83,406 Km con 5980m de desnivel acumulado. Digamos que sería el desnivel de la Zegama, pero con el doble de distancia. Espero poder acabar y así obtener los dos puntos de cara a quitarme la espina de la UTMB.

domingo, 27 de junio de 2010

3ª Cursa de la campana de Vacarisses

Este año, con respecto al pasado, ofrece tres interesantes novedades:

1. Es el Campeonato de Cataluña de carreras de montaña.
2. Aumenta su distancia en algo más de un kilómetro: 13,800Km.
3. Su desnivel acumulado también aumenta hasta llegar a los 1035m.

Últimamente de campanas va el tema. La salida coincide con la primera de las nueve campanadas que marcan las 9 en punto (En la Zegama fue con la última). Transcurre desde el centro de la villa de Vacarisses y el recorrido se adentra el Parque Natural de Sant Llorenç de Munt y el Sombrío, pasando por el sendero de la M-M desde la Masía de Les Vendranes, hasta la entrada en el pueblo. El punto más alto de la Carrera está a 587m, y el punto más bajo a 333m, a solo 800m de la llegada. Estos últimos metros de subida se hacen largos de verdad.
Salí muy tranquilo, pues desde la Zegama no he podido entrenar casi nada. A pesar de ello me encontré bastante cómodo, supongo que aun queda algo de ella. Al final y tras 1h16’00” (a 5’31” cada Km), entré el 126 de la general y el 79 de mi categoría... ¡Ya soy veterano! Que se le va a hacer.